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domingo, 16 de marzo de 2014
lunes, 3 de marzo de 2014
Los Secretos de un Psicólogo Bipolar: Eduardo H. Grecco
Los Secretos de un Psicólogo Bipolar: Eduardo H. Grecco
"La esperanza que se demora es tormento de corazón", Prov 13:12. "No cabe duda de que cualquier convicción gana infinitamente en cuanto otra alma cree en ella". Novalis, poeta romántico alemán.Balance, no estabilidad; matices, no homogeneidad; creatividada, no resignación; plan de vida, no solo tratamiento; flexibilidad sin dispersión; curadores internos, no dependencia exterior; aceptación de ayuda, no de rescate. Presencia en el presente, apasionada serenidad. Día y noche sucediéndose incesante y pausadamente... Eduardo H. Grecco.
"Estos versos están fuera de mi ritmo. Yo también estoy fuera de mi ritmo". Fernando Pessoa.Vamos a entrar en el mundo del paciente bipolar. ¿Me acompañan? Conviene siempre tener presente, durante todo el recorrido, que en el bipolar se exagera un modo de funcionar universal que es inherente a la vida humana, del que todos disponemos: el antagonismo complementario de los opuestos. Entre la oscilación inmoderada de la bipolaridad y la rigidez envarada de la esclerosis existe un punto de equilibrio posible que no se trata de una localización fija sino dinámica, de un punto que no es tanto un lugar preciso como un intervalo, una zona donde los antagonismos se hacen conciliables. En suma, una gama de matices. Esto quiere decir que ser estático no se corresponde a una posibilidad sana de ser (cierto tipo excepcional de meditador, que permanece inmóvil por largos períodos y, sin embargo, es una persona muy saludable en todos los aspectos, precisamente por ser una excepción, una "anormalidad", confirma lo dicho antes). La estabilidad por sí misma no debiera ser un valor terapéutico a conquistar, pero si el movimiento proporcionado, la armonía móvil, la solidez flexible, el arraigo sin estancamiento. Si consideramos como el rasgo característico de la bipolaridad su inestable vaivén cíclico, el hecho de que quien la padece va y viene, de un modo más o menos irregular, de un polo a otro entre la alegría y la tristeza, conviene considerar que tal alternancia, para ser considerada disfuncional, tiene que ser desmesurada y excluyente, es decir, debe reflejar esa imposibilidad interna de la persona para integrar polaridades, su dificultad de aceptar y de vivir en plenitud la ambivalencia. Desde el blanco al negro hay una variada progresión de grises, y en esto consiste la dificultad bipolar: su incapacidad para detenerse en matices y gradientes emocionales. Las presentaciones típicas de la bipolaridad se manifiestan bajo la apariencia alternada y excluyente de depresión y manía, pero existe un gran grupo de apariciones en donde ambas series emocionales son contemporáneas y superpuestas, y se las conoce como "formas mixtas". Esta última posibilidad no constituye una rareza sino más bien una condición bastante frecuente en la clínica, pero la simultaneidad de síntomas no significa integración ambivalente. Así es como ocurre, por ejemplo, en la manía disfórica (manía depresiva) o en la depresión agitada. Por otra parte, varias investigaciones clínicas muestran que esta manifestación de la bipolaridad es más virulenta, más resistente al tratamiento, más grave en sus síntomas y con el índice más alto de riesgo de suicidio, y es, al mismo tiempo, la que esconde el mayor grado de creatividad. Pero ya sea bajo una u otra apariencia, la bipolaridad comparte un semblante o textura común que podría resumirse de la siguiente manera: Oscilación inestable del humor. Más allá del pasaje de un estado emocional a otro, existe una tendencia reluctante en este vaivén del humor a lo largo de la vida. Sin un motivo cierto, la persona salta de un pico al otro, y si esto puede observarse en lo puntual, al considerar la totalidad de su historia se aprecia que cada episodio forma parte de una cadena más abarcativa, de una serialidad repetitiva propia de la naturaleza bipolar. Esta ciclidad puede estar separada de mesetas, de aparente o real armonía, pero la posibilidad de caer en una fase de depresión o de manía está presente como una amenaza constante. De manera que la oscilación toma, aquí, la figura de algo recurrente pero impredecible. El día y la noche se suceden de un modo "estable"; en cambio, en el acontecer bipolar todo es incierto, cíclico e inestable. "Ya es franca desazón lo que antes era risa". Alfonso Reyes. Otros factores que menciona y desarrolla Eduardo H. Grecco son los siguientes: Comportamiento irregular; Actitud frente a la fatiga; Vínculos y Proyectos; Reacción frente a situaciones nuevas; Autodestructividad; Sentirse Incomprendidos: ("Los que llegan no me encuentra. Los que espero no existen". Alejandra Pizarnik.); Atención Flotante; Voraz Curiosidad; El don de los Matices; Pensamiento Concreto: ("Aún si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden". Alejandra Pizarnik.); Creatividad (Este es un punto clave en lo que Grecco llama "autocuración", Francisco Alonso Fernández señala que "se dispone de suficiente documentación para señalar que la personalidad ciclotímica, el terreno predilecto del trastorno bipolar, acumula rasgos positivos para la creatividad filosófica y de otras modalidades, debido a sumar como un privilegio facultades como las siguientes: el instinto de búsqueda de nuevas ideas o experiencias, la firmeza para mantener posturas poco convencionales, el espíritu de riesgo para la lucha social y el debate del pensamiento, entre otras..." ; Grecco también menciona en esa "Textura Bipolar" la Torpeza; al respecto cita al poeta mexicano Jaime Sabines: "Te dicen descuidado porque ellos están acostumbrados a los jardines, no a la selva". Texto inspirado en el psicólogo argentino Eduardo H. Grecco, con el "Don" de la bipolaridad, Eduardo H. Grecco: "Despertar el Don Bipolar. Un camino hacia la curación de la inestabilidad emocional". Kairós, 2012, Barcelona. Pp.: 15-32.
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