Robles Bayón: "La incapacitación del demente debería ser gradual, para preservar su autonomía"
El doctor Alfredo Robles es uno de los editores del 'Documento Sitges', un informe clave sobre la capacidad "personalizada" de la toma de decisiones en personas con deterioro intelectual // El objetivo es que sirva de hoja de ruta a jueces o notarios para facilitar sus resoluciones
Doctor Alfredo Robles Bayón, director de la unidad de Neurología Cognitiva del hospital La RosaledaFOTO:
MAR MERA • SANTIAGO | 17.05.2009
Lleva media vida dedicada a
tratar a personas con alzhéimer y otras demencias, y lo ha hecho por
vocación. Así, no es de extrañar que el doctor Alfredo Robles sea el
coeditor, junto a Mercé Boada, del ‘Documento Sitges 2009’, una
auténtica hoja de ruta que nació para cubrir un gran vacío para las
personas con demencia con respecto a su capacidad en la toma de
decisiones. Echando por tierra mitos y estigmas, el neurólogo
compostelano, jefe de la unidad de Neurología Cognitiva del hospital La
Rosaleda, única en toda Galicia, tiene como máxima que se preserven los
derechos de estas personas, su libertad y autonomía. Este protocolo es
la primera piedra para facilitar el enrevesado camino que se pueden
encontrar notarios o jueces a la hora de valorar una incapacidad,
pudieron evaluar los casos dudosos de forma personalizada y amparada por
un protocolo establecido, como en este documento, por un equipo
multidisciplinar de neurólogos, geriatras, asesores jurídicos,
neuropsicólogos y trabajadores sociales, además de una magistrada y un
fiscal.
_ ¿La idea de editar el ‘Documento
Sitges’ sobre la capacidad para tomar decisiones durante la evolución
de una demencia nace de una necesidad social o de un vacío legal? ¿Cuál
es su filosofía?
_ Es un compendio de las
dos cosas. Aunque la Constitución española considera la dignidad de la
persona, los derechos fundamentales que le son inherentes y el libre
desarrollo de la personalidad, en las personas con deterioro cognitivo a
veces no prevalece la ética basada en la autonomía personal, sino en el
antiguo principio de la beneficencia, de decir a las personas cómo
deben actuar. En definitiva, el respeto a los derechos fundamentales de
la persona que sufre algún trastorno debe implicar rescatar al máximo
los ámbitos en los que sea competente y desee decidir por sí mismo, ya
que en ello radica su libertad y dignidad.
_
Entonces, a la hora de determinar la incapacitación de una persona con
deterioro cognitivo, ¿no debe valer todo, ni hacerse de forma global?
_
No debe ser la ley del todo o nada. En el análisis de las medidas de
protección jurídica y social para evitar la incapacitación total, como
solución única a la pérdida de las capacidades cognoscitivas se sitúa,
precisamente, el eje del trabajo del Documento Sitges 2009, que
tiene como objetivo fomentar la idea de la incapacitación parcial,
progresiva, a medida, para resolver distintas situaciones.
_
Uno de los objetivos del documento es agilizar y ayudar a los jueces a
la hora de decidir si una persona con deterioro cognitivo está
capacitada o no, por ejemplo, a donar su patrimonio a una asociación o a
dejarlo en herencia sólo a uno de sus hijos...
_
Cuando la capacidad para tomar decisiones cuyas consecuencias pueden
ser trascendentes es dudosa, y cuando es importante que las tome el
individuo que parece incapaz, debe intervenir un juez. Con este
protocolo semiestructurado se facilita a los magistrados la posibilidad
de valorar la incapacidad de forma ágil.
_
Quizá uno de los mejores recursos para cualquier persona, tenga o no
deterioro cognitivo, y en previsión de llegar a estar incapacitado, sea
la fórmula del documento de voluntades anticipadas, llamado también
testamento vital...
_ Es uno de los
capítulos del protocolo Sitges, aunque la sociedad todavía no está
totalmente concienciada sobre la necesidad de hacer estos documentos
cuando tenemos la capacidad intelectual para hacerlo. También abogamos
por potenciar y divulgar la figura de guarda de hecho como sustitutiva
en la mayoría de los supuestos de incapacidad, una persona que ya en la
práctica asume la mayoría de las responsabilidades.
_ ¿Cómo se valora a través del ‘Documento Sitges 2009’ si una persona está capacitada o no?
_
En el protocolo que hemos elaborado indicamos que no sólo se debe tener
en cuenta la capacidad de decidir de una persona, sino que debe haber
un informe final en el que se evalúe el estado cognitivo en el que está
el afectado, y también su situación económica, entorno, familia... Ahí
es donde creemos que se deben realizar consultas específicas con
profesionales tanto sanitarios, como del ámbito jurídico y trabajadores
sociales para hacer un informe global. De esta manera, un juez que deba
tomar una decisión rápida sobre un caso, por ejemplo, de herencia, lo
pueda hacer de una forma rápida y ágil, ya que todos sabemos de qué
manera está saturada la Justicia y el poco tiempo del que dispone.
_ ¿Este informe sería vinculante?
_ El Documento Sitges
es una propuesta para iniciar un camino que facilite la actuación de
los profesionales de la salud y del derecho. El resultado podría ser
interpretado a modo de una guía clínica o como un protocolo de actuación
semiestructurado para acercarnos a una realidad más allá de la consulta
médica o del informe pericial. En todo caso, las propuestas no tienen
un valor absoluto, es orientativo, aunque basado en la evidencia
científica.
DE LA SANIDAD PÚBLICA A LA PRIVADA
"Disponer de más tiempo es vital"El doctor Alfredo Robles Bayón, afincado en Santiago desde hace años, cambió su trabajo en el ámbito sanitario público al privado porque asegura que fue "la única manera de poder dedicarme por entero a la Neurología Cognitiva. Tras llevar dieciocho trabajando como neurólogo en el hospital Clínico compostelano surgió la oportunidad de dirigir la unidad de La Rosaleda, y vine porque se ajustaba perfectamente a mi vocación profesional".
"La sanidad pública tiene una gran ventaja, que es la universalidad, pero tiene un efecto colateral, que es la saturación, lo que lleva a las listas de espera", explica el especialista, que pone como ejemplo diferencial que "si en la pública tardas en evaluar a un paciente un año, por las distintas citas que debe pedir, en la sanidad privada se hace en sólo una semana. Disponer del tiempo es vital para mí y también para los pacientes, que son tratados de forma más eficiente y eficaz", sentencia el experto.
Otro aspecto que valora el doctor Robles es el trato humano que "se puede dar más fácilmente en el ámbito privado, y no sólo con el paciente, sino con el cuidador, personas que pueden quemarse fácilmente, porque muchos deben estar las 24 horas del día dedicados a la persona con una enfermedad como el alzhéimer". De ahí que su próximo reto es publicar un manual de consejos para evitar que éstos se conviertan en los segundos enfermos .
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