Tan sólo han hecho falta cuatro días para que la Policia detuviera a David Manuel Fernández Rodríguez, uno de los presuntos autores de los disparos que acabaron con la vida de la policía municipal Carmen Muñoz, de 62 años, y que enviaron a su compañero, Santiago Lozano, de 52 años, al hospital por un balazo en el hombro el pasado miércoles. El suceso ocurrió tras un atraco a una oficina de Correos en el distrito de Usera, momento en el que se dieron a la fuga con una furgoneta Citröen Berlingo, de la cual es titular Fernández.
La detención se produjó ayer en torno a las diez de la mañana en la calle Puerto Alto, cerca de su domicilio, que la Policía había localizado en la quinta planta del número 29 de la calle Puerto de Lumbreras, en Vallecas. Unos agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana le vieron paseando y, gracias a las fotos que habían circulado de él, le identificaron. Posteriormente fue arrestado y puesto a disposición del Grupo V de Homicidios de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, que lleva la investigación del suceso de Usera.
Fernández, de nacionalidad española, pero nacido en la localidad francesa de Nancy, tiene 42 años. Según fuentes de la investigación, «era toxicómano y estaba en tratamiento con metadona. Además, era alcohólico y tenía pancreatitis». El presunto autor del asesinato sabía que estaba siendo vigilado y que habían circulado fotografías con su cara, ya que en la oficina de Correos fue grabado por las cámaras de seguridad, que certificaron que uno de los atracadores coincidía con el titular del vehículo que utilizaron para escaparse. Es por ello que, cuando fue arrestado, iba con la cabeza afeitada y con una gorra para no ser reconocido. «Se sabía que estaba por la zona y que no tardaría en aparecer, ya que no podría esconderse durante mucho tiempo con el síndrome de abstinencia», añadieron fuentes de la investigación. En este sentido, explicaron que la detención «no ha sido casual. En estos casos hay triangulación de teléfonos, seguimientos a familiares y personas de su entorno e, incluso, chivatazos». Es más, en la noche del sábado se recibió un aviso por parte de su ex pareja, Gema, de que iba a presentarse en su domicilio, pero la Policía no pudo llegar a tiempo. Además, gracias a la colaboración ciudadana se ha podido desarrollar la investigación rápida y eficazmente, ya que fueron unos testigos del tiroteo los que avisaron y facilitaron la matrícula de la furgoneta –0160FKB– con la que huyeron y que, poco después, fue hallada en el Barrio de San Fermín, donde los presuntos delincuentes la abandonaron con objetos de valor y el dinero que robaron a los empleados y clientes de la sucursal de Correos en Usera.
Fuentes policiales apuntaron que «no llevaba ningún arma en el momento de la detención», sin embargo, muestran su preocupación por no haber encontrado, tras la inspección que se realizó en su domicilio, «las armas con las que mataron a Carmen ni las que les robaron a los policias. Casi con total seguridad, la pistola que utilizaron era un revolver de cuatro pulgadas, muy potente».
El presunto autor del disparo, que cuenta con alrededor de quince detenciones por robo con violencia y delitos contra la propiedad, apenas pesa 50 kilos y da muestras evidentes de su mal estado de salud, como, por ejemplo, numerosas marcas en las piernas y los brazos, que con toda probabilidad provienen de su adicción a las drogas. Ayer, tras la anunciada detención, la mayoría de los vecinos de la calle Puerto de Lumbreras afirmaba no conocerle. Los menos le describían como «un hombre callado, serio y parecía algo tímido». Al principio se pensaba que el otro presunto autor del atraco y de la muerte de Carmen, podía ser su hermano, ya que había dado numerosos golpes con él en anteriores ocasiones. Dadas las sospechas, éste también fue vigilado por los dispositivos policiales encargados de la investigación. Sin embargo, las últimas informaciones al respecto apuntan a otro sujeto que respondería al nombre de Luis Pérez y que la Policía espera detener próximamente. Y es que además de la vigilancia del barrio de Vallecas, desde el pasado miércoles se han puesto en marcha dispositivos policiales en varios lugares con el fin de localizar al otro presunto autor del atraco y tiroteo. «Se establecieron puestos de vigilancia en sitios que podía frecuentar. Por ejemplo, pensamos que, dados sus antecedentes y su problema con las drogas, la Cañada Real Galiana podía ser un lugar frecuentado. Pero al final no apareció por allí», declararon fuentes de la investigación.
Este sábado estuvieron a punto de detenerlo en las inmediaciones de la vivienda de una amiga o ex pareja que avisó a la Policía de su localización, pero cuando éstos llegaron, Fernández ya había huído.
Carmen Muñoz llevaba trabajando en el Cuerpo de Policía Municipal desde 1973, cuando ingresó en la segunda promoción para mujeres. Son 39 años de dedicación a la seguridad ciudadana que finalizaron el pasado miércoles. Tuvo tan mala suerte que, a pocos días de irse de vacaciones, se topó con unos sujetos que no dudaron en dispararle por la espalda. Su compañero, herido en el hombro, podría volver a ser operado en los próximos días.
La detención se produjó ayer en torno a las diez de la mañana en la calle Puerto Alto, cerca de su domicilio, que la Policía había localizado en la quinta planta del número 29 de la calle Puerto de Lumbreras, en Vallecas. Unos agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana le vieron paseando y, gracias a las fotos que habían circulado de él, le identificaron. Posteriormente fue arrestado y puesto a disposición del Grupo V de Homicidios de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, que lleva la investigación del suceso de Usera.
Fernández, de nacionalidad española, pero nacido en la localidad francesa de Nancy, tiene 42 años. Según fuentes de la investigación, «era toxicómano y estaba en tratamiento con metadona. Además, era alcohólico y tenía pancreatitis». El presunto autor del asesinato sabía que estaba siendo vigilado y que habían circulado fotografías con su cara, ya que en la oficina de Correos fue grabado por las cámaras de seguridad, que certificaron que uno de los atracadores coincidía con el titular del vehículo que utilizaron para escaparse. Es por ello que, cuando fue arrestado, iba con la cabeza afeitada y con una gorra para no ser reconocido. «Se sabía que estaba por la zona y que no tardaría en aparecer, ya que no podría esconderse durante mucho tiempo con el síndrome de abstinencia», añadieron fuentes de la investigación. En este sentido, explicaron que la detención «no ha sido casual. En estos casos hay triangulación de teléfonos, seguimientos a familiares y personas de su entorno e, incluso, chivatazos». Es más, en la noche del sábado se recibió un aviso por parte de su ex pareja, Gema, de que iba a presentarse en su domicilio, pero la Policía no pudo llegar a tiempo. Además, gracias a la colaboración ciudadana se ha podido desarrollar la investigación rápida y eficazmente, ya que fueron unos testigos del tiroteo los que avisaron y facilitaron la matrícula de la furgoneta –0160FKB– con la que huyeron y que, poco después, fue hallada en el Barrio de San Fermín, donde los presuntos delincuentes la abandonaron con objetos de valor y el dinero que robaron a los empleados y clientes de la sucursal de Correos en Usera.
Fuentes policiales apuntaron que «no llevaba ningún arma en el momento de la detención», sin embargo, muestran su preocupación por no haber encontrado, tras la inspección que se realizó en su domicilio, «las armas con las que mataron a Carmen ni las que les robaron a los policias. Casi con total seguridad, la pistola que utilizaron era un revolver de cuatro pulgadas, muy potente».
El presunto autor del disparo, que cuenta con alrededor de quince detenciones por robo con violencia y delitos contra la propiedad, apenas pesa 50 kilos y da muestras evidentes de su mal estado de salud, como, por ejemplo, numerosas marcas en las piernas y los brazos, que con toda probabilidad provienen de su adicción a las drogas. Ayer, tras la anunciada detención, la mayoría de los vecinos de la calle Puerto de Lumbreras afirmaba no conocerle. Los menos le describían como «un hombre callado, serio y parecía algo tímido». Al principio se pensaba que el otro presunto autor del atraco y de la muerte de Carmen, podía ser su hermano, ya que había dado numerosos golpes con él en anteriores ocasiones. Dadas las sospechas, éste también fue vigilado por los dispositivos policiales encargados de la investigación. Sin embargo, las últimas informaciones al respecto apuntan a otro sujeto que respondería al nombre de Luis Pérez y que la Policía espera detener próximamente. Y es que además de la vigilancia del barrio de Vallecas, desde el pasado miércoles se han puesto en marcha dispositivos policiales en varios lugares con el fin de localizar al otro presunto autor del atraco y tiroteo. «Se establecieron puestos de vigilancia en sitios que podía frecuentar. Por ejemplo, pensamos que, dados sus antecedentes y su problema con las drogas, la Cañada Real Galiana podía ser un lugar frecuentado. Pero al final no apareció por allí», declararon fuentes de la investigación.
Este sábado estuvieron a punto de detenerlo en las inmediaciones de la vivienda de una amiga o ex pareja que avisó a la Policía de su localización, pero cuando éstos llegaron, Fernández ya había huído.
Carmen Muñoz llevaba trabajando en el Cuerpo de Policía Municipal desde 1973, cuando ingresó en la segunda promoción para mujeres. Son 39 años de dedicación a la seguridad ciudadana que finalizaron el pasado miércoles. Tuvo tan mala suerte que, a pocos días de irse de vacaciones, se topó con unos sujetos que no dudaron en dispararle por la espalda. Su compañero, herido en el hombro, podría volver a ser operado en los próximos días.
5 escenarios muy próximos
La muerte de Carmen Muñoz, el miércoles al medio día, desembocó en una investigación policial que dio ayer uno de sus paso más seguros, pero que no terminará hasta la detención del segundo implicado en la muerte de la agente municipal. Uno de los puntos claves fue la identificación de la furgoneta en la que huyeron, la Citröen Berlingo que abandonaron en las inmediaciones de la Caja Mágica, en el Barrio de San Fermín. El titular del vehículo contaba con 14 antecedentes y concidía con las grabaciones de Correos. Se localizó su domicilio en la calle Puerto de Lumbreras, cerca del lugar donde fue detenido, en la calle Puerto Alto. La vivienda David Manuel Fernández se encuentra en una especie de patio entre la calle que hemos nombrado y la calle Sierra de los Encinares. Además, está a escasos metros del Hospital Virgen de la Torre y de la iglesia San Pedro ad Vincula. Su domicilio fue inspeccionado tras el arresto, pero no se incautó ningún arma.
El cómplice, en busca y captura
El punto de mira de la investigación se centra ahora en el cómplice de David Manuel. En un principio, la Policía se fijó en el hermano de éste, puesto que habían realizado actividades delictivas juntos en otras ocasiones. Sin embargo, tras días de vigilancia, las sospechas recaen ahora sobre un individuo que respondería al nombre de Luis Pérez, y cuya imagen, según fuentes de la investigación, respondería al individuo de la foto 2.
El antes y el después de David Manuel
Desde el primer momento circularon fotos (imagen 1) del principal sospechoso del tiro que mató a la agente Carmen Muñoz: David Manuel Fernández Rodríguez. Las grabaciones que se realizaron con las cámaras de la oficina de Correos de Usera constataron que uno de los atracadores era el mismo que figuraba como titular del vehículo con el que se llevó a cabo la fuga. Fernández sabía que estaba siendo buscado y, por ello, decidió afeitarse la cabeza y salir a la calle camuflado para evitar su detención; una transformación a la que LA RAZÓN ha tenido acceso.En el momento de su detención llevaba gorra y gafas de sol.
Desde el primer momento circularon fotos (imagen 1) del principal sospechoso del tiro que mató a la agente Carmen Muñoz: David Manuel Fernández Rodríguez. Las grabaciones que se realizaron con las cámaras de la oficina de Correos de Usera constataron que uno de los atracadores era el mismo que figuraba como titular del vehículo con el que se llevó a cabo la fuga. Fernández sabía que estaba siendo buscado y, por ello, decidió afeitarse la cabeza y salir a la calle camuflado para evitar su detención; una transformación a la que LA RAZÓN ha tenido acceso.En el momento de su detención llevaba gorra y gafas de sol.
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