"El ataque contra el barrio de los ministerios podría haberse evitado con la aplicación eficaz de medidas de seguridad que ya existían" y "el autor de los ataques podría haber sido detenido antes" aquel viernes en que perpetró el doble atentado. Son dos de las principales conclusiones que el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, ha expuesto este mediodía en conferencia de prensa en Oslo tras recibir el informe de la comisión independiente que ha investigado la matanza de 77 personas en la capital noruega y en la isla de Utoya perpetrada por Anders Behring Breivik hace un año.
"Las autoridades fallaron en proteger a los que estaban en Utoya. Una operación policial más rápida era posible. El autor pudo haber sido detenido antes aquel día", dice la comisión. Lo que lleva a pensar que el doble atentado podía haberse evitado porque el asesino podía haber sido arrestado antes de perpetrar el primer ataque en Oslo. Y, recalca la Comisión 22 de julio, "una mejor preparación ante emergencias y de seguridad podía haber evitado nuevos ataques".
El informe también concluye, no obstante, que "con mejores métodos de trabajo y un enfoque más amplio, la policía podía haber tenido en cuenta al perpetrador antes del 22 de julio [día de los atentados]. A pesar de ello, la comisión no tiene base para sostener que la policía pudo o debió haber prevenido los ataques".
Cinco días después del brutal doble atentado de Oslo y Utoya los partidos noruegos acordaron crear una comisión de evaluación independiente, llamada la Comisión 22 de julio. Al cumplirse tres semanas, tenían a los 10 miembros. Ni un político en ejercicio, sino profesionales del derecho, el espionaje, la sanidad, la policía, la historia, el periodismo, la empresa pública o la investigación académica sobre terrorismo. Esas seis mujeres y cuatro hombres han examinado cómo gestionaron las autoridades la crisis y su capacidad, y la de la sociedad, para prevenir ataques similares y minimizar las consecuencias de un eventual nuevo atentado.
Un tirador solitario, Anders Behring Breivik, de 33 años, mató aquel día de 2011 a 77 personas, la mayoría adolescentes y jóvenes del Partido Laborista en un campamento veraniego. Durante este año las peores críticas han sido para la policía, que tardó una hora en llegar a la isla de Utoya (los helicópteros de algunos medios llegaron antes); los expertos sostienen que el partido laborista, al que pertenece el Gobierno, ha quedado bastante al margen de la censura pública porque era el objetivo principal del ultraderechista antiinmigrantes.
La comisión, que está dirigida por la abogada Alexandra Bech Gjorv, ha entregado primero su informe al primer ministro Stoltenberg antes de que lo presentará en conferencia de prensa en un hotel de Oslo.
El mismo día en que nació la comisión,VG, el principal diario del país, informaba de una encuesta en la que 94% de los noruegos calificaba la respuesta del primer ministro a los atentados que conmocionaron al país como “buena” o muy buena”.
Pero dos meses después del atentado, la familia de una de las víctimas escribió al jefe de la policía y al ministro de Justicia con una ristra de preguntas. “Nos preguntamos si una acción más correcta de la policía, sumada a una acción coordinada con el Ejército, podría haber desarmado al asesino antes, de modo que se habrían salvado muchas vidas”, según el blog Views from Norway, que se hacía eco de una información del Aftenposten.
“La comisión debe proponer medidas para mejorar nuestra preparación en el futuro. Es libre de considerar otro factores medidas cuya revisión crea necesaria”, dijo hace un año Stoltenberg al presentar la comisión independiente, empeñado en que las medidas de prevención a adoptar permitan mantener valores básicos en Noruega como la apertura y la democracia.
El grupo ha celebrado a lo largo de este año 15 encuentros, la mayoría de varios días, con diversos expertos, según explica un portavoz. Todas las sesiones han sido a puerta cerrada pero la página de la comisión en Internet detalla algunos de los asuntos analizados: tendencias y desarrollo del terrorismo en Europa y EE UU tras el 11-S, los ataques a gran escala y el extremismo de derechas en Europa, los límites a la criminalización de los preparativos y el uso de medidas secretas coercitivas contra el terrorismo en un Estado democrático y de derecho, la seguridad basada en la reducción de riesgos y el acoso a los musulmanes y a los inmigrantes tras la explosión en la sede gubernamental en Oslo.
Breivik, el autor confeso del asesinato múltiple, que ha sido juzgado, será sentenciado el próximo día 24. Los jueces deben decidir si era, y hasta qué punto, responsable de sus actos cuando detonó un coche bomba cargado de explosivos en pleno complejo gubernamental de la capital y cuando se lanzó a la cacería de jóvenes militantes laboristas en una isla con forma de corazón.
La creación de esta comisión fue respaldada por el Partido Conservador, el Cristianodemócrata, y el Partido Liberal. El Partido del Progreso, el más derechista de los presentes en el Parlamento, prefirió limitarse a tomar nota de su creación.
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